Decorar con color

 

Con algo de práctica, cualquiera puede ir comprendiendo el funcionamiento de los colores. A modo de ayuda, van estas simples reglas

 

Al blanco le van:

Los tonos arena, a los que les añade frescura.

Neutros como el gris, a los que "levanta".

Toques de rojo o naranja.

Maderas pintadas o decoloradas.

Tejidos esponjosos.

Accesorios translúcidos.


A los tonos crema les van:

La gama de blancos, sus compañeros por naturaleza.

Mucha luz natural.

Mucha textura.

Maderas de color intenso, como el roble o el wengue.

Toques de azul marino.

El chocolate.


Al blanco NO le van:

Demasiados tonos crema y amarillos.

Demasiado negro.

Una luz natural insuficiente.

Los niños y las mascotas.

La contaminación de la ciudad.



A los tonos crema NO les van:

Que los den por hechos (utilizarlos no garantiza el éxito de la decoración).

Demasiados metales plateados, como el aluminio o el acero inoxidable.

Las habitaciones oscuras.

Espacios que dependen de la luz artificial.

El exceso de rojos fuertes, violetas o anaranjados.


A los tonos neutros les van:

El blanco.

La madera oscura

Los linos naturales.

Los metales.

Un toque de verde, violeta o rojo.


A los tonos arena les van:

El marcado contraste con el blanco.

Los linos naturales con tonos amarillentos.

Metales como el bronce.

Los detalles de color tierra.


A los tonos neutros NO les van:

Nada con amarillo.

Las maderas de aspecto dorado.

Accesorios con insinuaciones de amarillo.

El beige.



A los tonos arena NO les van:

El rosado.

Metales como el acero y el aluminio.

Maderas de tonos rosados, como la del cerezo.

Accesorios de colores chillones.

Demasiado negro.